a mi alma,
fíjate bien qué harás con ella,
puedes olvidar que la recibiste
o puedes ponerte tu mejor traje y asistir.
Si no asistes,
trata de responder a la invitación diciendo que la dirección es inválida
o que no te apetece ir,
andas enfermo o que ese tipo de invitaciones dejaron de ser tus favoritas.
Si asistes,
por favor,
ve con tu mejor sonrisa y ánimo,
al final es lo único que necesitarás.
Cuando entres,
procura no hacer tanto ruido,
por mala suerte tu presencia podría despertar mi pasado,
aunque esté en coma desde hace mucho tiempo.
Recorre el lugar con la mirada,
graba en tu mente cada espacio de él.
Camina despacio, no quiero que te caigas y rompas algo,
un jarrón, un espejo, mi corazón...
En mi mano derecha encontrarás un mapa,
por si temes perderte, si gustas puedo ayudarte y llevarte a cada sitio.
A mano derecha están mis viejos recuerdos,
en esa habitación bajo llave,
a veces entro, pero tanto polvo me da alergia y vuelvo a salir,
en la habitación de al lado están los nuevos recuerdos,
de hecho, está una foto tuya, un beso y un abrazo,
creo que también una noche de lluvia y una llamada.
Sigue derecho y cruza a mano izquierda,
aunque yo tú no iría muy a fondo,
hay un par de fantasmas que merodean de vez en cuando,
no aceptan que deben irse,
pero para mi felicidad he aprendido a vivir con ellos.
Hagamos una parada,
te invito una taza de café.
Continuemos,
subiendo esas caleras tengo parches, hilos y agujas,
a veces las necesito para remendar ciertas cosas,
para remendar daños, daños,
hechos por personas que posiblemente también tenían remaches en su vida
y no podían vivir con ello sin lastimar a alguien más,
como si en el mundo fuesen los únicos que han sentido dolor,
deseo que estén bien.
En esta habitación a la izquierda están mis virtudes,
más que una habitación es una caja fuerte,
debo mantenerlas así,
en el exterior pero con precaución,
aun conservo un poco de paciencia,
aunque parezca increíble.
Así como en esa habitación,
en esta tengo mis debilidades
y en esta otra todos mis miedos,
aunque te parezca tonto,
esas grietas en la puerta fueron hechas por ellos mismos,
son muchos,
evito entrar ahí,
realmente me asustan.
Subamos al segundo piso,
en él me siento más segura.
En esta pequeña habitación hay paz para esos días de tormenta,
Más adelante están mis metas y triunfos,
es una bonita habitación,
me recuerda constantemente lo que soy y lo que quiero.
Unas tantas más allá está mi fuerza
y la más importante, se llama Yo misma,
ella siempre me trae a mi cuando me siento vulnerable o perdida.
Básicamente esto soy, te invito una copa de vino.
Este es mi balcón,
podría decir que es como un drenaje,
desde aquí observo todo,
desde aquí todos me observan,
desde aquí puedes notar como brillo,
estoy triste, feliz u opaca,
es la ventana del alma.
Aún tengo libre una habitación,
la decoré para ti,
dejaré una llave sobre esta mesa por si decides quedarte,
por ahora, tengo la cena lista.
Heyzel Fernández