viernes, 3 de enero de 2014

No sé cuándo.

Te he soñado,
y digo "he soñado" por no especificar que es cada noche.
Ya no sé a quién engaño.

Cuando las cervezas pasaron a ser secundarias,
y simplemente te pensaba sin su ayuda,
supe,
justo ahí que ya no tenía remedio.

No sé en qué momento te empecé a querer,
y en realidad a estas alturas,
ya no me hace falta saberlo,
te quiero.

Te quiero hasta la ausencia,
te quiero con estas ganas de tenerte descontroladas.
Te quiero los lunares
y los labios,
esos,
tus labios que forman la luna menguante más hermosa que no había visto jamas.

Te quiero la mirada,
en cualquiera de sus estaciones,
sobre todo en primavera.

Te quiero la voz,
y el caminar pausado cuando se trata de venir a mí.
Te quiero los dedos,
las melodías,
las canciones en ukelele a media noche.

Menuda tonta que me he vuelto,
pero es que si les digo lo guapo qué es...
Me entenderían.