viernes, 3 de mayo de 2013

Esta vez no intenté recordarte,
desde cierto punto sentí que sería bastante estúpido.

Frío viernes,
no hace frío,
pero así lo siento,
la soledad ya causa estragos en mí,
me quedan tan grandes estas cuatro paredes que posiblemente pueda albergar a unas cuantas vidas más.

Desde hace un par de días no recuerdo nada de mí,
de este lugar,
de un supuesto "tú" del cual ya no descifro muy bien la cara.

Mis pies evitan tocar el helado suelo,
pero finalmente caminan,
involuntariamente pero lo hacen,
sirvo una taza de café y enciendo un cigarrillo,
siento una resaca infernal de desamor,
un dolor de cabeza que me come los recuerdos lentamente
pero de manera segura,
mis ojeras se despiertan de ese largo insomnio,
un sorbo de café me recorre el cuerpo,
respiro aire fresco,
recordé que estaba viva,
otro sorbo de café,
la alarma de mi móvil sonó y me estremecí.

¿Cuánto tiempo estuve sin estar?

Tenía la vida, el corazón desconcertado.

Caí sobre mi razón,
y en mi recuerdo extravié los motivos para amarte,
quizá por eso,
esa fue la última vez que te regalé un pensamiento.


Esta vez no intenté recordarte, desde cierto punto sentí que sería bastante estúpido.



Heyzel Fernández.